Higiene personal sin plástico

📆 30 de abril de 2019

Reducir mi propio impacto ambiental es una tarea que presenta muchos frentes y requiere dedicación y conciencia.

En el ámbito de la higiene personal he realizado bastantes cambios que me han ayudado a reducir la cantidad de residuos plásticos que genero.

Los voy a ir desglosando por apartados.

Ducha

Hace tiempo que prescindí de las esponjas. Frotando con las manos obtienes el mismo resultado y puedes aprovechar para masajear las extremidades para favorecer la circulación. Por otra parte, dejé de usar gel de baño para pasarme a las pastillas de jabón. Después de probar con varias marcas, envueltas en papel o en caja de cartón, he acabado por utilizar un jabón estilo Alepo que se vende en varios supermercados. Es de la marca Terre d’ecologis y contiene un 5% de aceite de bayas de laurel, el resto es aceite de oliva y sosa. Nada más. También la estoy utilizando como champú, en vez de las pastillas de champú sólido de Lush que usaba antes.

Hay variantes con mayor porcentaje de aceite de bayas de laurel que pueden ir bien a pieles más delicadas pero a mí, de momento, me va muy bien este del 5% tanto para la piel como para el pelo. La pastilla sale por entre 3 y 4 euros, que es más caro que las de jabón que usaba para el cuerpo y más barato que los 9 euros de la de Lush. Me dura más o menos un mes con un uso diario.

jabón para la ducha y champú en pastilla

Para el jabón utilizo una jabonera de bambú con una rejilla metálica para que seque bien, porque si en la jabonera se acumula el agua, puede llegar a deshacerse. De esa forma siempre se mantiene seca y lista para utilizar.

El único pero que le pongo al jabón es que la pastilla es un poco grande (190gr) y cuesta un poco manejarla hasta que la has usado unas pocas veces.

Afeitado

Me afeito poco, la verdad, pero no tiene sentido pagar un dineral por cuchillas desechables en una carcasa de plástico imposible de reciclar. Me pasé al afeitado con navaja de cuchillas desechables y el residuo bajó a cero. La navaja es de acero así que en el peor de los casos se puede reciclar completamente.

Las cuchillas vienen al aire y se pueden partir para usar el doble de veces. Compré un paquete de 100 cuchillas en cajas de 10 unidades. Tanto la caja grande como las pequeñas son de cartón y cada cuchilla viene envuelta individualmente en papel.

También uso un jabón para afeitar en pastilla, que viene en una caja metálica, y la espuma se hace con una brocha de pelo de tejón. El mango teóricamente debía ser de madera pero resultó ser de plástico. No es un problema demasiado grave ya que espero que me dure muchísimo tiempo.

Lo de afeitarse con navaja puede parecer intimidante pero es cuestión de práctica y paciencia. El caso es que me sigo afeitando lo mismo que antes, o sea, poco pero me quedo contento con los resultados.

navaja, cuchillas, brocha y jabón para el afeitado

Higiene bucal

Después de enseñar durante mucho tiempo que la eficacia de un buen cepillado depende de la técnica y no de la pasta dentífrica decidí ponerlo en práctica.

Ahora uso cepillos de bambú. No me queda claro que las cerdas no sean plásticas pero el impacto medioambiental cada vez que cambio de cepillo es mucho menor con total seguridad. Que sean reciclables no es excusa para que cualquier cepillo sea adecuado. Hay que mantener los criterios para escoger el cepillo de bambú adecuado. Hay cada vez más en el mercado y no todos lo son.

Por otra parte, al no usar pasta no tengo que deshacerme de los tubos vacíos. Como dije antes, no es necesario usar pasta dentífrica y la experiencia de cepillarse solo con agua es muy agradable. Además, el color de los dientes al cepillarse es el real, y no se desvanece a los pocos minutos. Otra ventaja es que puedes beber o comer al poco rato de haberte cepillado los dientes sin sentir los sabores raros. Últimamente, estoy experimentando con dentífrico en pastillas. Se mastica y luego se utiliza el cepillo mojado en agua. Es interesante, pero todavía no sé si lo voy a adoptar de modo definitivo. Las pastillas vienen en una bolsa de papel, que está forrada interiormente por una capa de plástico y cuentan con un sistema tipo “zip” para el cierre, para evitar que las pastillas se humedezcan.

Por supuesto, hay pastas dentífricas que tienen otros propósitos, como el cuidado de encías, y que, en caso de necesitarlas, las utilizaría sin pensarlo, pero siempre por consejo de mi dentista.

Peinado

Aquí no hay mucho que hacer. Uso el mismo peine de plástico desde que era mozo y no pienso renovarlo, entre otras cosas, porque me queda poco pelo que peinar. Le falta un diente pero seguiré usándolo hasta que no de más de sí.

Oídos

Nada de bastoncillos, un pañuelo de celulosa humedecido con agua tibia y el dedo. Suficiente y seguro.

Manos y pies

Tengo, como muchos de vosotros tendréis, un cortaúñas de metal, de la marca 777, que tiene pinta de durar más tiempo que yo.

Para las durezas de los pies uso una piedra volcánica que tampoco parece que vaya a gastarse en un tiempo razonable.

Conclusión

Como veis no hace falta ser demasiado extravagante para poder disminuir la producción de residuos plásticos en vuestra higiene personal. Por supuesto, los requerimientos de cada uno pueden ser diferentes. Supongo que en el caso de la higiene femenina puede ser más difícil realizar una transición así.

Pero el caso es que no es necesario tampoco pasar del blanco al negro. Yo he ido haciendo estos cambios de forma progresiva. Buscando alternativas y valorándolas. Lo importante es que desde que introduces un cambio, por pequeño que sea, estás colaborando con el cuidado del medio ambiente y es en eso en lo que hay que pensar. Todos los granitos de arena cuentan.

Un saludo.

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