Hábitos conseguidos en 2018
Es frecuente plantearse una serie de buenos propósitos al iniciar un nuevo año. También es frecuente no llevarlos a cabo. De hecho, a los pocos meses es muy posible que ya no recuerdes cuáles eran esos propósitos tan buenos.
Este año voy a hacer algo diferente, en vez de plantearme hábitos para 2019 voy a repasar qué he conseguido en 2018.
Una de mis metas a largo plazo es mantenerme en un buen estado de salud. Cuando terminé mi antiguo trabajo, hace una década, pesaba demasiado. Años de malos hábitos me habían llevado a un estado de obesidad y alguna que otra enfermedad asociada. Poco a poco fui perdiendo peso, pero de una forma muy poco intencionada. El año pasado me propuse hacer cambios para obtener resultados pequeños pero duraderos. Entre esos cambios están:
- Dejar el azúcar. Ahora tomo el café sin azúcar y me he pasado al chocolate negro del 92% de cacao. Sigo consumiendo repostería ocasionalmente (malditos roscones de reyes), pero no es algo que me atraiga. Y será porque mi umbral de dulzor ha bajado pero ahora noto la fruta más sabrosa y apetecible que antes.
- Cambiar tostadas por fruta. Desayunaba tostadas con tomate y aceite por tradición. Por el ardor de estómago dejé de poner el tomate. Entre la ausencia de tomate y lo malo que es el pan precocido no disfrutaba del desayuno así que cambié las tostadas por fruta y realmente mis desayunos son ahora más agradables.
- Tomar café solo. Aparte de no ponerle azúcar ahora tomo también café solo. Tomo dos tazas de café al día, la primera con leche y la segunda solo. Al principio de dejar el azúcar me parecía muy amargo pero ahora me he acostumbrado y me resulta muy agradable.
- Tomar menos café. A veces me despertaba a las cuatro de la mañana sin causa aparente y ya no volvía a pegar ojo. Sustituí mi tercera taza de café del día por achicoria. Me despierto menos veces y la achicoria no es tan horrible ahora como me parecía al comienzo.
- Tomar frutos secos. Con la amenaza del colesterol, por niveles bajos de HDL, tenía dos opciones, una difícil, hacer ejercicio, y otra fácil, consumir alimentos que incrementen los niveles de HDL. Opté por la segunda opción, que es la que puedo hacer siempre. Nueces a diario y ocasionalmente pescado azul. En la última analítica el nivel de HDL había mejorado correlación no indica causalidad pero podría ser relevante.
- Hacer cinco comidas al día. Trabajo de tarde y en el descanso no tomaba nada. Cuando llegaba por la noche a casa tenía tanta hambre que me comía la cena y todo lo que se me pasara por delante. Ahora me tomo una pieza de fruta durante el descanso y por la noche me basta, casi siempre, con la cena. La otra comida añadida son las nueces y un poco de fruta y chocolate como almuerzo al mediodía.
- Usar las escaleras. No hacía nada de ejercicio y me da pereza salir a correr por las mañanas. Mi opción para hacer algo, que siempre es mejor que no hacer nada, es utilizar las escaleras siempre que no vaya cargado. Vivo en un tercero, así que es algo asequible. Parece una tontería pero al cabo del día subo y bajo cuatro o cinco veces las escaleras. Lo dicho, mejor que nada, aunque tengo el propósito de hacer algo más serio este año.
- Dormir más. Acostarse a las 12 y levantarse a las 7 es matador. Lo peor de todo es que muchas veces me acostaba tarde por ver vídeos de youtube. Eso se ha acabado. Si me quedo tarde es por trabajo pero si no tengo nada que hacer a las 10 estoy en la cama.
Ninguna de estas cosas formaba parte de mis propósitos de año nuevo, que suelen ser mucho más grandiosos, pero son cosas que han hecho que este 2018 haya sido un año mejor de lo que pintaba a comienzos.
Pequeños pasos pero no por ello menos importantes. Un saludo.