Vuelta a la bicicleta

📆 14 de marzo de 2024

A raíz de querer enseñar a mis hijos a montar en bici, decidí comprarme una bicicleta plegable barata, para que no me ocupe demasiado espacio en el garaje y porque tampoco estaba convencido de cómo iba a resultar la cosa.

La bicicleta

La bicicleta en cuestión es una Moma Top Class 2, de rueda de 24 pulgadas y seis velocidades. Escogí ese modelo porque me parecía que con las versiones de 20 pulgadas iba a estar muy justo y podría ser incómoda para mí. Aunque es un modelo urbano viene con cubiertas que permiten usarla, más o menos, por terrenos no asfaltados.

Llegó a casa empaquetada y casi lista para, tras unos mínimos ajustes, salir a dar una vuelta. Pero es mejor dedicar un poco más de tiempo y hacer algunos ajustes finos, por ejemplo, ajustar el cambio para que todas las marchas entren bien, ya que al principio el piñón más grande no engranaba. También es recomendable ajustar la tensión de los frenos y poca cosa más. Nada, que con un par de tutoriales no puedas solucionar en media hora.

Las primeras sensaciones están siendo buenas, dejando a un lado los chirridos del cuadro, que no sé de dónde provienen. De todas formas para una bicicleta de ese precio hay margen de mejora. Una de las cosas que modificaré en cuanto tenga tiempo es el selector de marchas, que es un revoshift de shimano. A mí no me resulta nada cómodo y prefiero un cambio de palancas de toda la vida, por ejemplo, un shimano TX30. Además, la bici viene sin luz delantera ni trasera, que siempre son un plus es la seguridad de la marcha, aunque sí cuenta con un catadióptrico trasero y en las ruedas. Por otra parte, el cable de freno trasero se ha desilachado al cabo de unas decenas de kilometros, porque al pedalear le vas dando sin querer con el talón al extremo que sobresale de la pinza de freno. Cuando lo cambie, intentaré recogerlo de alguna manera para evitarlo.

Otra cuestión a considerar es la potencia, que no es regulable en altura e incluye un manillar que no es recto, lo que hace que tanto las manetas como el timbre o cualquier accesorio que quieras añadir estén demasiado comprimidos. Pero eso dentro de algún tiempo, porque de momento es aceptable.

El plegado es bastante sencillo y ya he probado ha llevarla en el maletero del coche sin ningún tipo de problema. De hecho, es más complicado llevar la bici de 20 pulgadas de mi hijo que la mía plegable, en la que no tengo que desmontar ruedas ni nada.

Montar de nuevo

En otro orden de cosas, es cierto que montar en bicicleta no se olvida, pero lo que sí había olvidado es el sufrimiento de los primeros kilómetros. El primer día que la cogí, llegué a casa medio moribundo. Después, he ido aprendiendo a dosificar y administrar mis fuerzas, que no son muchas.

Por eso, para empezar a disfrutar de montar, he comprado un ciclocomputador que puede sincronizarse con el monitor de frecuencia cardiaca que ya tenía. Con eso, puedo pedalear dentro de los rangos más adecuados a mi condición física.

Espero volver a disfrutar de la bicicleta, como cuando era un chaval, aunque esta vez acompañado por mis hijos, y descubrir las estupendas rutas de cicloturismo que hay en la tierruca.

Un saludo.

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